La Palma "Más allá de las nubes" - 7/2/2009
Fotos: Mundolapalma.com
Como tantos palmeros, ayer sábado nos cargamos de abrigo y nos subimos por la carretera del Roque de Los Muchachos a ver la nieve.
Lo largo del camino, se hacía más, al ver los coches que bajaban con muñequitos improvisados de nieve sobre el capó y el techo, lo que nos hacía estar más impacientes en el ascenso.
Por fin, la nieve, primero de forma tímida en las cunetas, pero según subíamos iba rodeándonos de forma cada vez más intensa, hasta estar en un paisaje completamente distinto, más propio de otras latitudes frías y no de Canarias.
En la carretera, cientos de coches aparcados a los lados y la gente disfrutando, de un tesoro que pocas veces podemos contemplar, pero que ya conocemos bien en esta isla.
Al iniciar el descenso a la última hora de la tarde, tuvimos la sorpresa de cruzarnos con dos ejemplares de Cuervo, un ave, antes muy común en la isla, ahora no tanto. El mar de nubes transformaba las montañas y picos, en islas de un mar etéreo. Por último, ya con los últimos rayos del sol, el Teide majestuoso, se despide de nosotros y nos invita a que volvamos a subir "más allá de las nubes".
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Fotos: Mundolapalma.com
Como tantos palmeros, ayer sábado nos cargamos de abrigo y nos subimos por la carretera del Roque de Los Muchachos a ver la nieve.
Lo largo del camino, se hacía más, al ver los coches que bajaban con muñequitos improvisados de nieve sobre el capó y el techo, lo que nos hacía estar más impacientes en el ascenso.
Por fin, la nieve, primero de forma tímida en las cunetas, pero según subíamos iba rodeándonos de forma cada vez más intensa, hasta estar en un paisaje completamente distinto, más propio de otras latitudes frías y no de Canarias.
En la carretera, cientos de coches aparcados a los lados y la gente disfrutando, de un tesoro que pocas veces podemos contemplar, pero que ya conocemos bien en esta isla.
Al iniciar el descenso a la última hora de la tarde, tuvimos la sorpresa de cruzarnos con dos ejemplares de Cuervo, un ave, antes muy común en la isla, ahora no tanto. El mar de nubes transformaba las montañas y picos, en islas de un mar etéreo. Por último, ya con los últimos rayos del sol, el Teide majestuoso, se despide de nosotros y nos invita a que volvamos a subir "más allá de las nubes".