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viernes, 28 de agosto de 2009

Ermita de Nuestra Señora del Socorro su relación histórica con Breña Alta y Breña Baja

Esta ermita -dedicada a la Virgen María bajo la advocación de “Nuestra Señora del Socorro” o “de Los Reyes”- fue fundada por Pedro Fernández Camillón y su esposa, Ana Hernández, entre 1615 y 1621, con licencia obtenida del Obispo de la Diócesis, Antonio Corrionero. Desde esta primera fundación, fue objeto de la devoción del pueblo, expresado a través de numerosas donaciones. La fábrica se realizó en una hacienda de viña y malvasía que poseía junto al barranco de Aguacencio. El motivo de ponerla bajo esta advocación mariana fue “por el voto y promessa que en cierto peligro de mi vida que me vi en un biaje que Dios fue servido librarme hice de erigir una ermita yglesia a deuocion de nuestra señora del socorro en esta ysla”.



Construida la ermita, Pedro Fernández Camillón solicitó en 1627 licencia para poder celebrar misa en ella, en atención a la utilidad que recibían los vecinos del lugar, distantes de la cabeza del curato, la iglesia de San Pedro de Buenavista, “porque la una de la otra estan distantes muy gran trecho y la dicha ermita muy sercana al comun de los besinos y sabe que de aberse echo la dicha ermyta en la parte y lugar donde esta es muy útil y probechosa y a nadie daña y de conserbarse se seguira mucha onrra y gloria a dios nuestro señor y questa fuera de peligro de barranco y arrimaditos y otras cosas que le pudieren dañar... y sabe que de aberse echo ally no tyene inconveniente nynguno para que se dexe de dar lysensia para decir mysa antes la tyene por muy útil y necesaria para los dichos besinos del dicho termyno como para los camynantes que por el pasan...” Así consta en el Archivo de Protocolos Notariales de la capital palmera (escribanía de Juan de Alarcón).

Lorenzo Rodríguez, en sus “Efemérides de la Isla de La Palma” (Noticias...) nos dice que “una fuerte avenida del barranco del Socorro se lleva la antigua ermita de este nombre y el primer castillo del fuerte de Bajamar (1649)”. Se entiende entonces que hubo dos edificaciones de la ermita en la zona de Breña Alta.

La primera representación de la advocación titular fue un cuadro, como atestigua un inventario fechado el 26 de junio de 1650 durante la visita efectuada por Pedro de Escobar Pereyra. Allí consta “un quadro de nuestra señora del socorro”.

Así, la segunda ermita se había fabricado en 1695 en la parte norte junto al cauce del barranco de Aguacencio en la jurisdicción de Breña Alta, “en terreno propio e inmediata a las casas de su habitación, la cual se bendijo en 13 de febrero de dicho año por el Dr. Don Pedro de Guisla Corona, venerable vicacio de esta isla”. El alcalde constitucional de la capital palmera y cronista de la época, Lorenzo Rodríguez, tomó estos datos del libro de la ermita, informando de que “las que resultan del libro de visitas de San Pedro están equivocadas, porque confunden la primera edificación con la segunda”.

En 1695 y en 1700 fue tan grande el temporal y tan fuertes las lluvias, que el cauce del barranco se desbordó y causó muchos deterioros a la pequeña iglesia y “la colocó en inminente peligro”. Fue entonces cuando se debió de sustituir aquella representación pictórica por una de talla.

La preciosa imagen de la Virgen del Socorro fue llevada procesionalmente a la parroquia de San Pedro de Breña Alta, donde fue custodiada con gran cariño y fervor por los fieles. Ante esta situación, los vecinos de este municipio instruyeron expediente ante el vicario insular, aconsejando sobre la conveniencia del traslado de la ermita a otro terreno más seguro. La autoridad eclesiástica autorizó la nueva construcción, que fue finalizada en 1706. El solar fue cedido por Manuel Pérez Corral, en la jurisdicción de Breña Baja. “Se cercó desde luego de paredes, por la misma causa, y en este recinto no sólo funciona el señor cura de Breña Alta, sino que siempre hemos visto presidir con bastón al alcalde de dicho pueblo en la procesión el día de la festividad del Socorro”.

El 29 de abril de 1778 la autoridad eclesiástica concedió permiso para que los vecinos de Breña Baja, “que lo solicitaban con empeño”, llevasen en rogativas a la Virgen del Socorro a la Parroquia de San José, “y conservarla allí todo el tiempo que conviniese por la falta de lluvias que se experimentaba”. El párroco y síndico de San Pedro de Breña Alta, al enterarse, se opuso tajantemente a la procesión, haciendo ver que la ermita pertenecía a su jurisdicción y por lo tanto, la autoridad residía en su persona. Los obstinados vecinos nuevamente le pidieron que fuera él quien entregase a la Virgen al de San José “fuera de muros sin que éste ejerciese jurisdicción y lo mismo al recibirla”. Tras las duras negociaciones, se determinó hacer la rogativa el 2 de mayo. Sucedió que ese mismo día llovió tan copiosamente que “terminó este litigio en que se empeñaban con acaloramiento ambas partes”. El mismo cronista aseguraba que el expediente de este curioso acontecimiento se custodiaba en el “archivo grande de la parroquia del Salvador”.

Según la resolución que se guarda en el archivo de la parroquia de Breña Alta y está transcrita en el libro de la ermita, se volvió a reclamar la propiedad de esta iglesia por parte de los curas de Breña Baja. Finalmente el Vicario Capitular de la Diócesis, en auto de 12 de diciembre de 1886, “resolvió y declaró corresponder a la jurisdicción eclesiástica de Breña Alta, a la que siempre había pertenecido”.

En definitiva, y por este motivo mencionado, presenta esta pequeña iglesia una curiosa peculiaridad que la diferencia de otros recintos sacros erigidos en el territorio insular. La actual fábrica se encuentra ubicada en terrenos de Breña Baja, pero administrativamente, el solar comprendido dentro de sus murallas pertenece a Breña Alta. Es por ello que en la solemne festividad de la Virgen, en la tarde-noche del lunes, el Día Grande, ambas corporaciones municipales son invitadas a participar. De hecho, una placa en la plaza de la ermita, fechada el 24 de agosto de 2001, recuerda que es la Virgen del Socorro el símbolo de unión entre ambas Breñas. El Excmo. Cabildo Insular de La Palma y los Ayuntamientos de Breña Baja y Breña Alta, restauraron el histórico recinto y la plaza conjuntamente.

La majestuosa talla de la Virgen es una escultura en madera policromada de 99 cms., obra del célebre artista palmero Bernardo Manuel de Silva (1655-1721). Esta magnífica escultura, salida de la “mano del mejor pintor que tiene esta isla” –según constaba en un auto de la época-, al igual que otras tallas marianas del maestro, tiene una gran influencia de la imaginería flamenca. Los débitos flamencos, como nos informa el profesor Pérez Morera, “se manifiestan especialmente en el tipo de rostro, que presenta como característica común dulce expresión ensimismada y abstraída, mente amplia y abombada, ojos semiabiertos, pintados al temple, cejas finas y curvas, labios pequeños, barbilla prominente y redondeada y cabello partido en raya a la mitad, que cae en suaves ondulaciones”.

Pérez Morera indica que “la belleza que irradia la majestuosidad icónica de la pieza, manifiesta el elevado nivel alcanzado por los escultores palmeros”. La autoridad eclesiástica tampoco quedó al margen de estas alabanzas a la talla. Así, su acabado llamó la atención del primer obispo de Tenerife, Luis Flojeras Sión. Prueba de ello fue lo que consta en el Libro de Visitas, en 1831: “En esta Iglesia hay una imagen de nuestra Señora con una disciplina en la mano en ademan de azotar al Diablo que tiene a los piez; se encargo al Señor Visitador que indagara el origen de esta singularidad”.

A este tipo iconográfico de la Virgen, de pie con el Niño Jesús en brazos, corresponden varias imágenes del artista, como la “Virgen del Rosario” (1690) de la Parroquia de San Andrés (en San Andrés y Sauces) y la “Virgen del Carmen” (1703) de la de Villa de Mazo. Son piezas que presentan idénticas características formales, “de ahí la supuesta filiación flamenca que se les ha querido dar”. La elegante y suave caída de los pliegues, el tipo de calzado y los motivos de los estofados apuntan su paternidad, al igual que el acabado posterior de la pieza –repetido en casi todas las esculturas por Bernardo Manuel de Silva-, con manto que cruza diagonalmente desde el hombro izquierdo hasta la altura de la cintura, cayendo por la espalda en pliegues paralelos y rectos. Pérez Morera también compara la imagen del Niño, cuya cabeza se asemeja con la de la talla de “San José” de la parroquial de Los Llanos de Aridane.

Estrechamente emparentada con la mencionada “Virgen del Carmen” de Mazo, la del “Socorro” comparte el mismo tipo de expresión flamenca, “rostro oval, enmarcado por la caída ondulada del cabello, partido en dos, que desciende libremente por la espalda hasta más debajo de los hombros. Sin embargo, la posición hierática y frontal, así como el aspecto de tronco, que acusa la disposición vertical de los pliegues, confieren a la talla un aspecto más arcaizante y un volumen más concentrado”. El profesor palmero también profundiza en los motivos y la técnica que muestran los estofados de los vestidos, comparándolos con otras obras escultóricas de Bernardo de Silva, “a base de motivos florales compuestos de trifolias, gruesos roleos y orlas punteadas en oro”.

A sus pies aparecen dos figuras que representan el “bien” y el “mal”, encarnados por las figuras de un angelito y un diablo. El Maligno está representado por una terrible figura antropomorfa, alada y completamente negra. Aparece de pie con una cara de bestia demoníaca y grandes cuernos. Los afilados dientes blancos, sobre todo los caninos, sobresalen de una boca grande de fondo rojo. Realmente impone respeto. Nos recuerda a la figura del “Diablo de Tijarafe”. Se cuenta que hace unas décadas, allá por los años ochenta, uno “medio loco de San José”, no se sabe cómo, agarró la talla antigua de Satán y lo destrozó. Una vecina del barrio fue la que talló la que ahora está colocada a los pies de la Virgen.

Los vecinos cuentan que había unas piedras en el barranco con unos agujeros que atemorizaban a los niños del lugar ya que “creían que eran las huellas de las patas del Diablo”. Según contaba otra señora, el origen había que encontrarlo en una madre que, harta de las ruindades de un hijo, le gritó que “ojalá se lo llevara el Diablo”. Se cree que fue así, ya que el hijo desapareció. Después de la lógica amargura de esta terrible experiencia, la pobre mujer donó la figura original de Satanás y la colocó a los pies de la Virgen para que Ésta lo castigara, como recuerdo a su hijo y para penar por tal blasfemia.

El lunes siguiente al último domingo de agosto, los pureros de las Breñas celebran con fervor la onomástica anual de su patrona, Nuestra Señora del Perpetuo Socorro. La bonita imagen es homenajeada con novenas y procesiones y diversos actos, entre los que se encuentran el tradicional “Baile de la Escoba”.

Los grandes fuegos artificiales iluminan a la Virgen durante su recorrido procesional, al igual que a las dos figuras, la del ángel vestido de blanco y la del diablo desnudo y negro que suben la mirada buscando la de Ella. Las representaciones del bien y del mal la acompañan en todo su itinerario procesional a ambos lados de la peana sobre el trono de madera. La imagen mariana se exorna con un cetro de plata en la mano derecha y es nimbada totalmente con una gran aureola dorada de finas ráfagas. Así será presentada ante los numerosos feligreses y visitantes durante toda la semana de novenas y procesiones en su honor.

Los espectaculares fuegos de artificio lanzan luces de colores y sombras sobre la Virgen y el ángel, y los hace más bellos si cabe, mientras que el diablo se nos presenta con un aspecto aún más sobrecogedor. Ante esta feroz visión, no es extraño oír a algún devoto rogar: “Virgen del Socorro, socórrenos y líbranos del mal”.

POEMA A LA VIRGEN
(se conserva enmarcado y colgado en un lateral del interior de la ermita)

“El SOCORRO de ayer, de hoy y de mañana
en la Ermita flamante y marinera.
La que guarda la Virgen que quisiera
darnos su mano de MADRE y SOBERANA.

Es su imagen la rica filigrana
que nos trae la Fe más verdadera.
El gentío la canta y la venera
y en sus labios el rezo se desgrana.

Tú lo sabes, SEÑORA. Te han traído
con la flor un recuerdo allá escondido
que es su ofrenda de gracia y de fervor.

Bajan y suben; ante Ti se entregan
porque conocen que al partir se llevan
el más dulce SOCORRO de tu amor.”

G. Galván de Las Casas
1966.


José G. Rodríguez Escudero

BIBLIOGRAFÍA

GALVÁN DE LAS CASAS, Gumersindo. Poema a la Virgen, [inédito], 1966
LORENZO RODRÍGUEZ, Juan Bautista: Noticias para la Historia de La Palma, La Laguna- Santa Cruz de La Palma, 1975 y 1997, t. I y II
PÉREZ MORERA, Jesús. Silva. Bernardo Manuel de Silva, Biblioteca de Artistas Canarios, Viceconsejería de Cultura y Deportes del Gobierno de Canarias, Litografía Romero, Santa Cruz de Tenerife, 1994.
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lunes, 17 de agosto de 2009

Tradicional Romería de Ntra. Sra. del Pino - 16/8/09

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Ntra. Sra. de La Piedad - San Andrés y Sauces

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Nuestra Señora de Las Angustias y su Santuario del Barranco

La preciosa imagen titular de la ermita de homónima advocación dolorosa, Nuestra Señora de Las Angustias (fechada hacia 1515-1522), llegó a la Isla de La Palma probablemente gracias a las gestiones del caballero Jácome de Monteverde –mercader oriundo de Colonia y establecido en Amberes- o por alguno de sus sucesores en el dominio de las ricas tierras de los aledaños y del patronato de su oratorio.



La compañía alemana Welsen había vendido en 1513 al mencionado Monteverde la propiedad y señorío de las haciendas de Argual y Tazacorte, compra que ratificó la reina doña Juana por Real Cédula dada en Valladolid. Acusado de luterano, fue trasladado a Sevilla, donde murió en 1531. No fue el único flamenco que tuvo problemas con la Inquisición española. Recordemos, por ejemplo, al calvinista Hans Aventroot, factor de los mencionados ingenios azucareros, que cometió la osadía de solicitar al propio Felipe IV libertad de conciencia para los reinos hispánicos y por ello, fue quemado en Toledo en 1632.

La recoleta y bella ermita fue erigida en los primeros años del siglo XVI por los ricos propietarios de la Hacienda de Tazacorte en el fondo del más tarde conocido por Barranco de Las Angustias, que da acceso al actual y famoso Parque Nacional de la Caldera de Taburiente, impresionante paraje natural. Ya en 1613, la venerada talla –escultura de madera policromada de 100 cms. de alto- presidía su altar colocada en una peana y cubierta por un gran manto de tafetán blanco. Los inventarios de la época informan de que ya poseía cinco mantos y siete tocas.

En el legajo nº 14 de la casa Sotomayor, en Argual , existe una copia muy deteriorada de un escrito firmado por don Félix Poggio y Alfaro, datado de 31 de mayo de 1854 en el que se dirige al Sr. Febles, cura párroco de Los Llanos de Aridane, solicitando información sobre la imagen y ermita de Las Angustias. Alegaba que “ésta que se venera bajo el titulo que la dieron nuestros mayores N.s. de Las Angustias y otras dos iguales fueron tomadas y conservadas por algunos ingleses que preservados de los errores del cisma que contaminó esta nación en los siglos XV y XVI, queriendo llevarlas al país en donde se las continuase dando culto las pusieron en un barco de dicha nación que al pasar por esta Isla, dejaron una en el barranco de Los Sauces, la otra en esta Ciudad y otra en el barranco de la Caldera y que el caballero flamenco Jácome de Monteverde, dueño de este barranco y de Argual y Tazacorte, fabricó su primera ermita en el mismo lugar en que los ingleses dejaron el cajón en que ella venía, que fue al pie de las vueltas que suben a Argual en donde aún se conservan algunos fragmentos. Los hijos de dicho caballero herederos de éste santuario y de la devoción de su padre a esta Santa imagen perpetuaron la costumbre establecida por éste de que el capellán de su Ermita de San Miguel de la Hacienda de Tazacorte fuese los sábados a decir misa a aquélla, según consta en la partición que hicieron de sus bienes el 25 de agosto de 1557 ante el escribano Domingo Pérez…”

Al arruinarse esta primera ermita, sus patronos, los Señores Monteverde y Vandale, en el tercer cuarto del siglo XVII decidieron el traslado de la imagen a la ermita de San Miguel de Tazacorte. Estos ricos hacendados fabricaron a su costa y en terreno propio otra mayor, donde se recolocó en 1678. Es en este año donde el cronista eclesiástico Juan Pinto de Guisla escribía que la segunda ermita fue “fabricada en el distrito de la hazienda de tasacorte por los dueños della y a su costa, donde esta una imagen de nuestra señora desta advocaçion con quien se tiene particular devozion en toda la Ysla”.

La ermita fue conocida en la primera mitad del siglo XVI bajo diversas advocaciones, como la de Santa María y Nuestra Señora de la Piedad. Por ejemplo, en agosto de 1546, el tijarafero Francisco de Riverol mandó en su testamento que se le dijese por su alma una misa –entre otras- en la ermita de “nuestra señora de la piedad en el barranco de Tesacorte”. Pérez Morera también nos informa de que “aún hoy ha perdurado en la toponimia de la zona el nombre de Santa María, pero al otro lado del barranco, en el lado opuesto al santuario, donde, al parecer, estuvo situado su primer templo”.

Otra curiosidad más. Desde 1521 se expidió en Burgos una Real Cédula en la que se indica la importancia de las dos iglesias, San Miguel y Santa María. Jácome de Monteverde era el dueño del heredamiento donde estaban erigidas y de los caminos por los que tenían lugar las peregrinaciones que hacían los devotos lugareños. Se decía que en ellas había muchos conquistadores enterrados y allí era donde se encontraban muchos perdones e indulgencias, etc. Sin embargo, dicho terrateniente impidió el paso de los vecinos y peregrinos a las ermitas debido a que roturó el camino de acceso a ambas y plantó cañaverales de azúcar por lo que llegaron a medio derribarse por el abandono.

En la visita del obispo Fray Vicente Peraza en 1522, la ermita fue construida por los antecesores del mencionado Monteverde, señores de las Haciendas mencionadas. A él le correspondió reedificarla, puesto que cuando llegó a la isla en 1513 la encontró ya arruinada “y con ciertas paredes questavan caydas”. La profesora Negrín nos informa de que la iglesia de Las Angustias era más modesta en proporciones que la de San Miguel, y que también era de cantería roja y tejado a dos aguas con una pequeña espadaña para la campana.

El propio Jácome tenía por costumbre oír misa junto con su esposa Margarida todos los sábados en su ermita y daba el aceite preciso para la lámpara que debía arder ese día ante la Virgen.

Esta devoción fue heredada por sus sucesores, dueños y copatronos del santuario, quienes especialmente invocaban su protección en el momento de la muerte. Son varias las referencias que han llegado a nuestros días. Por ejemplo, el capitán Luis Maldonado y Monteverde, dueño de un décimo de cañas en el ingenio de Argual, ofrecía desde el lecho de muerte una botija de aceite por la curación de su alma; o los herederos de Nicolás Massieu, que habían pagado 137 reales al ermitaño del santuario, resto de una promesa que había hecho Nicolás Massieu, etc.

Fueron varias las dádivas enviadas desde las Indias que se recibieron en el santuario, como “una alhaja de plata que no bajase de 500 reales, a disposición del cura de Los Llanos”. Fue enviada desde Méjico por Nicolás Van Dalle Massieu y Sotomayor, señor de Lilloot y Zuitland. Este caballero estaba empeñado en que saliesen “a la luz todos los milagros que esta Señora de las Angustias ha hecho con sus devotos y otras Personas hasta estos tiempos para que en los venideros se sepa y perpetue la memoria de tan Milagrosa Ymagen”. Uno de estos prodigios narrados ocurrió a una pobre ciega y pobre con dos hijas que, ante la crecida del barranco, le era imposible cruzarlo para buscar comida. Una de las hijas, temiendo por la vida de las tres, se armó de valor y lo cruzó “con el fauor de tal señora”, pero como no regresaba, su madre la dio por ahogada con gran desesperación. A tientas y con su otra hija, la buscó por todo el barranco hasta que encontró a varias personas que la habían hallado “aorillada y enrredada en unas mattas y casi muerta, pero volviendo en si dixo que la Virgen nuestra Señora la auía cogido y detenido en sus manos a el impetu de el agua y la auia sacado hasta allí”

Un nuevo retablo de corte barroco de triple hornacina fue instalado en el presbiterio y la Virgen fue entronizada en el gran nicho central. Ya consta allí en 1861.

Una leyenda en latín, escrita en el altar que preside, señala a los peregrinos:

“Oh, vosotros, todos los que por aquí pasais, ved si hay dolor semejante a mi dolor”

A propósito de este bello retablo barroco, el profesor Trujillo nos informa de que “en él, los pilares abalaustrados intercalan alguna sección más o menos prismática, otras se decoran con hojas o motivos florales, y alguna ornamenta su parte superior con gallones”. También hace mención a que el friso recorre mixtilíneamente el cuerpo de triple hornacina y que hay motivos, como soles, de evidente gusto indiano. Finaliza su estudio sobre esta bella pieza diciendo que “las cartelas que lo orlan, en curva y contracurva, terminan en curiosos mascarones, que con foliada cabellera termina en voluta les sirve de pedestal”.

La efigie ya contaba con una corona imperial de plata, así como las potencias del Cristo y de una gran cruz, también del mismo metal. En los años 80 del pasado siglo, también fue llevada a la parroquia matriz de Los Remedios de Llanos de Aridane, cabecera de su arciprestazgo, hasta que fueron terminadas las obras de restauración de su santuario.

Esta magnífica obra interpreta el asunto iconográfico de La Piedad, de acuerdo con la tradición gótico-flamenca, utilizando un esquema próximo al del grupo de análogo asunto del Hospital de Dolores de la capital palmera o del extinto convento franciscano de la Villa de San Andrés y Sauces, denominadas Nuestra Señora de La Piedad en ambos casos.

El arte patético de finales de la Edad Media había concedido un amplio espacio en su iconografía a la Virgen Dolorosa, representada ya con un Cristo muerto sobre las rodillas después del Descendimiento de la cruz, ya sola, tras el Enterramiento de su Hijo. Estos dos tipos iconográficos se designan con los nombres de Virgen de la Piedad y Virgen de los Siete Dolores. El grupo de la Virgen de la Piedad se compone, estrictamente, de dos personajes: María y su Hijo desclavado de la cruz, cuyo cuerpo inanimado Ella sostiene sobre las rodillas. Este tema ni siquiera está esbozado en los Evangelios, ni procede tampoco del culto oficial: es una creación de la imaginación mística que surgió a principios del siglo XIV, al mismo tiempo que la Virgen de Misericordia y del Varón de Dolores.

La escultura de Nuestra Señora de Las Angustias es la más antigua de las tres piezas flamencas mencionadas que de este tema iconográfico se conservan en La Palma. Se trata de las imágenes de La Piedad. Una que se venera en la actual iglesia del Hospital de Dolores de la capital palmera y otra que se custodia hoy en día en la parroquial de Montserrat de San Andrés y Sauces. Por el inventario hecho en 1522 por el obispo fray Vicente Peraza, se sabe que ya en aquella lejana fecha presidía el único altar de la ermita, colocada dentro de un tabernáculo-hornacina que se cerraba la imagen de “Nuestra Señora de bulto con su Hijo preçioso en los braços quando lo desçienden de la cruz”

La soledad de María va a ser aprovechada –según el padre Trens- por artistas y místicos, quienes, uniendo los dos extremos de la vida de Cristo, infancia y muerte –pesebre y cruz-, crearán esta nueva tipología, popularmente conocida como La Piedad. En contraposición del dulce recuerdo del Niño pequeño mecido entre los brazos de su Madre, Enrique de Berg describe al Cristo muerto: “sus ojos, que brillaban como carbunclos, ahora están apagados. Sus labios, que parecían rosas rojas recién abiertas, están secos y su lengua pegada al paladar. Su cuerpo, sangrante ha sido tan cruelmente estirado sobre la cruz, que pueden contarse con todos sus huesos”.

La postura sedente, vertical e hierática de la Virgen de Las Angustias, mientras sostiene el cuerpo inerte de su Hijo –por la mano izquierda y por la cabeza- contrasta con la forzada curvatura descrita por el cuerpo de éste que, yaciendo en el regazo materno, se arquea para alcanzar el suelo con sus pies cruzados.

Según el pensamiento místico medieval –siguiendo las palabras de San Bernardino de Siena- se trata de la escena en la que María, melancólica, extraviada, abstraída y angustiada, incluso joven, rememora los años de la infancia de Jesús. La Virgen tiene la ilusión de acunar a su Hijo pequeño en brazos, como en los felices tiempos, pero ahora no abraza a su pequeña y amada criatura, sino que ahora porta el frío cadáver ensangrentado de su Hijo ajusticiado, representado con la estatura de un niño. Sueña que tiene a su Hijo sobre las rodillas y que lo acuna envuelto en la mortaja como antes en los pañales. Es por ello que estemos ante una desproporción simbólica de ambas imágenes, y no tiene que ser entendido como un error artístico de perspectiva del escultor o en una torpeza o inhabilidad del artista.

Santa Brígida de Suecia atribuye a la propia Virgen esta descripción emotiva de su Hijo descendido de la Cruz: “Lo recibí sobre mis rodillas como un leproso, lívido y magullado, porque sus ojos estaban muertos y llenos de sangre, su boca fría como la nieve, su barba rígida como una cuerda”.

Aquí, la Madre lleva sobre la cabeza una toca hendida en pico sobre la frente, conforme a un tipo bastante usual en la plástica nórdica de las primeras décadas del siglo XVI, mientras que todo su cuerpo sedente está envuelto en amplio manto de duros bordes que se quiebra sobre las piernas en rígidos pliegues angulares. El profesor Pérez Morera, también indica que “el plegado del manto describe las metálicas quebraduras características de arte flamenco”.

La tranquilidad, la serenidad, la paz, la resignación, el dolor silencioso… la apariencia idealizada del melancólico semblante de la Virgen de Las Angustias, se contrapone extraordinariamente al crudo realismo que emana el rostro y el cuerpo del Cristo Muerto. En su rostro lacerado lleva impresa la huella del dolor y todo el flácido cuerpo muestra numerosas llagas sangrantes y carnaciones mortecinas de la reciente Pasión. Nuestra obra comparte numerosos rasgos con los modelos tallados en los Países Bajos meridionales en el tránsito de los siglos XV al XVI. Ejemplo de ello es el trenzado voluminoso de la corona de espinas de Cristo, muy parecido al Crucificado de San Pedro de Lovaina, o también el tratamiento de la barba en mechones individualizados, rizándose en las puntas en forma de caracol y el modelado de su tórax dibujando un exagerado arco jalonado por las protuberancias óseas de las costillas, comparables ambos con los de la estatua de Job de la iglesia de San Martín en Wezemaal; así mismo, el plegado de su perizoma o paño de pureza a base de convencionales acanaladuras paralelas, parecido al de los Cristos del Museo Comunal de Lovaina o al de San Sebastián del Rijksmuseum de Amsterdam.

La profesora Negrín concluye su estudio sobre esta bella pieza, informándonos de que “todo ello apoya la filiación brabanzona de la pieza y su datación en el primer tercio del siglo XVI”

Cada 15 de agosto, romeros llegados desde todos los puntos de La Palma acuden al bello santuario del Barranco de Las Angustias a rendir pleitesía a esta venerada imagen. Tras la solemne misa concelebrada, los orgullosos vecinos de Los Llanos de Aridane llevan sobre los hombros en multitudinaria procesión a su Virgen en originales andas hasta el Calvario, lugar donde la tradición cuenta que apareció el cajón con la milagrosa imagen. Hasta allí es acompañada por la arqueta con parte de las reliquias entregadas por San Pío V en Roma al beato jesuita Ignacio de Azevedo y que éste, días antes de ser martirizado, las había regalado a su gran amigo, el flamenco Melchor de Monteverde.

José Guillermo Rodríguez Escudero

BIBLIOGRAFÍA

CALERO RUIZ, Clementina. «La escultura anterior a José Luján Pérez», Gran Enciclopedia del Arte en Canarias, C.C.P.C., Gobierno de Canarias, 1998
Exposición Arciprestal de Arte Sacro, Los Llanos de Aridane, junio 1968
FERNÁNDEZ GARCÍA, Alberto-José. «Semana Santa en Los Llanos de Aridane», Diario de Avisos, Santa Cruz de La Palma, (16 de abril de 1965)
GALANTE GÓMEZ, F.J. «Arte Gótico», Historia del Arte en Canarias, T. IX, Las Palmas de Gran Canaria, 1982
HERNÁNDEZ P. «Mientras se restaura el Santuario, la Virgen de las Angustias recibió culto en Los Llanos de Aridane», El Día, (24 de agosto de 1980)
HERNÁNDEZ PERERA, Jesús, «Arte», Canarias, Fundación Juan March, Madrid, 1984.
Idem. «Esculturas flamencas en La Palma», Anuario de Estudios Atlánticos, La Laguna, nº 14-16, 1968-1970
NEGRÍN DELGADO, Constanza. «Escultura», Arte Flamenco en La Palma, Conserjería de Cultura y Deportes, Gobierno de Canarias, 1985
PÉREZ MORERA, Jesús. Arte Flamenco. Isla de La Palma, Consejería de Turismo y Transportes del Gobierno de Canarias, Madrid, 1990
Idem. «El Patronazgo de los Señores», La cultura del azúcar. Los ingenios de Argual y Tazacorte, La Laguna, 1994
RÉAU, Louis. Iconographie de l’Art Chrétien, P.U.F., Paris, 1957
TRUJILLO RODRÌGUEZ, Alfonso. El retablo barroco en Canarias, tomo I, Excmo. Cabildo Insular de Gran Canaria, 1977
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lunes, 10 de agosto de 2009

El VIII Triatlón "La Palma. Isla Bonita" 8/8/09 - Fotos: José Escudero

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Y en aquellos días María del Pino se puso en camino

El Paso

El municipio de El Paso se prepara para el acontecimiento festivo mas importante de cuantos se celebran en la localidad. Las Fiestas trienales en honor de Nuestra Señora del Pino han retornado de nuevo, han sido tres largos años de espera y de una intensa preparación. El próximo día 16 de agosto la venerada y querida imagen de la Virgen del Pino saldrá de nuevo de su humilde santuario del monte en dirección al núcleo urbano del municipio para allí y por espacio de tres semanas ser la huésped de honor de la Iglesia Parroquial de Nuestra Señora de La Concepción de Bonanza para atender las suplicas de su pueblo que espera con jubilo su descenso trienal para tener un encuentro mas cercano y personal con su virgencita del monte

Pero este bajada será mas especial si cabe para todos los habitantes del Paso, puesto que la venerada Imagen de Nuestra Señora Visitara por primera vez en la historia los barrios del municipio para así hacer realidad el deseo de muchos devotos que así lo han solicitado para palpar y sentir la presencia de esta entrañable imagen de la Santísima Virgen que tanta emoción y sentimientos despierta entre su pueblo que la quiere y la aclama con honda emoción

El día 19 de agosto se iniciara la visita comenzara con una eucaristía en la parroquia de Bonanza y una vez concluya la celebración Nuestra Señora del Pino, la reina de los pinares iniciara su peregrinar por su pueblo. Partirá del casco urbano del municipio para pasar por El calvario hasta llegar a su primer destino que será el barrio de Las Manchas en donde será recibida con gran alegría por los fieles de la Parroquia de San Nicolás de Bari. El recibimiento de este populoso barrio tendrá lugar a la altura del Campo de lucha y de allí proceder al traslado hasta la parroquia manchera que tendrá el honor y el privilegio de ser los primeros que acojan a la Señora del Pino en los muros de su histórico templo salvado milagrosamente de las coladas de la lava del Volcán de San Juan en 1949 y levantado en el siglo XVII por Nicolás Massieu y Vandale en honor de San Nicolás de Bari. Allí permanecerá por espacio de dos días en los que se tendrán intensas celebraciones litúrgicas en honor de La Virgen.

Posteriormente el día 21 La Virgen del Pino volverá a ponerse de nuevo en camino en su peregrinar saldrá desde la Parroquia de San Nicolás de Bari en las Manchas y su destino será el Barrio de Tajuya en donde los fieles de la parroquia de la Sagrada Familia recibirán a la Virgen en su templo. En Tajuya permanera dos días hasta el día 23 en que se retome la peregrinación para partir en la mañana desde Tajuya hasta El Paso de Abajo en donde a su llegada a eso del mediodía se celebrara la Santa Misa

La Peregrinación se dará por concluida el mismo día 23 en horas de la noche cuando se realice el retorno procesional de la venerada imagen desde el Paso de Abajo hasta el Templo Parroquial de Nuestra Señora de Bonanza

Son Días de Gozo y cargados de historia. Desde aquí felicitar a los organizadores de esta peregrinación. Es digno de admiración que se hagan este tipo de celebraciones que mantienen viva la fe y las tradiciones de un pueblo algo que nos hace tan diferentes y singulares, solo queda esperar la respuesta del pueblo de El paso que será ejemplar y devota en torno a su querida Virgen del Pino

Iván Rodríguez Sánchez.
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jueves, 6 de agosto de 2009

5/8/09 Día de Ntra. Sra. de Las Nieves, Patrona de La Palma

Galerías de Fotos

Víspera


Día de Las Nieves



Fotos: José R. Escudero.

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martes, 4 de agosto de 2009

Nuestra Señora de Las Nieves - Retazos Histórico-Artísticos de la Gran Señora de La Palma

- UNA ANTIGUA ADVOCACIÓN

El suntuoso Real Santuario Insular de la Patrona de La Palma y de los palmeros, en Santa Cruz de La Palma, es el centro de la espiritualidad de la isla por antonomasia y uno de los focos de devoción más antiguo del Archipiélago. Ya en la Bula del Papa Martín V, fechada en Roma el 20 de noviembre de 1423, quedaba demostrada la existencia de una iglesia dedicada a dicha imagen bajo la advocación de “Beatae Mariae de La Palma”, devoción que se extendió por todas las islas. Prueba de ello es que en otros lugares de nuestra región se erigieron ermitas y templos dedicados a la venerada “Morenita”. Se sabe y está comprobado que los evangelizadores introdujeron el cristianismo en nuestra isla con anterioridad a la Conquista y es precisamente esta imagen de la Virgen de Las Nieves una prueba fehaciente. Su presencia en San Miguel de La Palma corre pareja con la historia española y penetra de lleno en la leyenda. Todo ello respalda las hipótesis de ciertos cronistas sobre su llegada: viajes de frailes irlandeses o marinos mediterráneos, misiones del Obispado de Telde, incursiones de normandos, del propio Lugo, de la conversa Francisca de Gazmira, de las expediciones enviadas por el Rey Juba de Mauritania, etc.

La prueba documental más antigua que se ha podido encontrar, recogida por el desaparecido historiador palmero Don Alberto José Fernández García en su detallado trabajo titulado Real Santuario Insular de Nuestra Señora de Las Nieves (León, 1980), es la cita encontrada en el Libro de Repartimientos, donde consta que Lope Hernández y Aparicio Rodríguez, medidores y deslindadores de las tierras de la Isla, nombrados por el Adelantado Fernández de Lugo el 23 de enero de 1507, dicen: “y otro titulo que ansi mesmo le dicen Santa Maria de las Nieves un solar de cincuenta codos…”

- LA IMAGEN DE LA VIRGEN

La escultura de la Virgen es la imagen mariana más antigua de cuantas se veneran en las Islas. Es una talla modelada en terracota que mide 57 cms de altura. Su Hijo, que porta sobre el brazo derecho, 12 cms. Se la colocó en un pedestal de 24 cms, por lo que su altura máxima es de 81 cms. Otros autores confirman que está realizada en barro cocido, material en el que modelaron sus figuras los escultores flamencos o franceses activos en Sevilla en el siglo XV, como Lorenzo Mercadante de Bretaña o Miguel Perrín, como indica el profesor Hernández Perera. Martín de Cunas afirma en 1694 que es de barro portugués “con letreros en la orla o manto que no pueden leerse”. Está policromada: manto azul que lleva sobre sus hombros, traje color rojo, toca blanca por la cabeza; las orlas y el cinto son dorados, como los del Niño Jesús. Es una obra gótica de finales del siglo XIV (aunque algunos estudiosos apuntan el siglo XIII), con reminiscencias del románico en su período de decadencia. Así es como se veneró la imagen en los primeros años, pero ya el 12 de julio de 1534 aparece inventariado uno de sus primeros adornos, una “toca de seda vieja”. También, el 12 de febrero de 1571, “un almayzal de toca labrada de seda colorada”, “un manto de tafetán azul con guarnición de oro”; el 3 de octubre de 1574: “una ropa de tafetán blanco con pasamanos de oro que tiene vestida la ymagen de nuestra señora”, y así un largo etcétera.

Estas vestimentas fueron incrementándose con el paso de los años, y se iban colocando de forma que las manos de ambas tallas quedaran al exterior, costumbre que se siguió, al menos, hasta 1637. Por esta época, debido a las señales que el tiempo había hecho sentir, sobre todo, en la figura del Niño, fue necesario tomar nuevas determinaciones acerca de cómo se vestiría la Virgen, “con objeto de dar la impresión de que toda ella había sido hecha para este fin, aparte de coincidir con los años en que fue costumbre aparecer cubiertas algunas figuras de la Virgen”.

El Padre franciscano Fray Diego Henríquez, en su obra sobre las sagradas imágenes aparecidas en Canarias (1714), describía el icono original con las siguientes palabras: “es esta venerable imagen de escultura algo menos de una vara de alto; su materia de piedra extraordinaria entre roja y blanca; el rostro es perfecto y lleno; los ojos, rasgados y abiertos que parecen mirar a todas partes; las mejillas rosadas; el color moreno, no con exceso obscuro; obstenta magestad y mueve a veneracion y devocion; la túnica es roja y ceñida con cíngulo; el manto es azul; el Niño le sale del corazon, dentro de la cual esta incluida la mayor parte del cuerpecito; falta a la imagen la punta de la nariz y al Niño en algunas cuasi fisuras su primero barniz y, aunque diestros pintores han procurado suplirlo, no o aceptan ni el hijo ni la Madre, pues luego lo expelen, demostracion que bastantemente explica la desigualdad y que no se proporcionan ni estos betúmenes a aquellos barnices, ni los maestros mas diestros…” También decía que “… tanta gravedad y majestad representa en ellos –los ojos- y en el rostro, que ninguna la mira de hito que no se le ericen los cabellos y encojan los hombros…”

También el profesor Jesús Pérez Morera, en su obra Silva (1994) recoge: “la majestad icónica y la concentración espiritual que emana de su rostro, esquemáticamente idealizado, refleja lo eterno y sobrenatural. Tal vez a ello se debe la poderosa atracción que ejerce sobre quien lo contempla y la devoción despertada a través de los siglos. Ante sus ojos rasgados y abiertos, que parecen mirar a todas partes, como señala Fray Diego Henríquez, quedaba el pueblo hipnotizado”.

En dicha obra, el estudioso palmero también analizaba cómo se inició la tradición de sobrevestir la imagen original de Nuestra Señora de Las Nieves, con valiosos ropajes: tocas, mantos y sayas a partir del siglo XVI. A principios del XVII, la imagen fue retocada por el pintor Juan de Sosa, según informó la también profesora palmera Gloria Rodríguez, en una época en la que la cabeza del Niño Jesús se hallaba “quebrada por el cuello pegada con cera” (Libro de Visitas y cuentas de fábrica, Inventario de 1618). Este deterioro que la imagen iba sufriendo con el paso del tiempo, obligarían a tomar algunas medidas a fin de evitar su desgaste. Una de ellas fue embutirla dentro de una especie de “percha triangular de corte barroco” o de una suntuosa campana textil, de donde sólo asoma la cabeza de la Virgen. Sus manos y el Niño son postizos. Así quedó configurada su iconografía tal y como la conocemos en nuestros días.

En 1681 el Visitador Pinto de Guisla indicaba que esta venerada escultura era de “talla cuia materia es piedra, pero se uiste y adorna como si se hubiera hecho para uestir”. Sobre este particular, recogemos aquí lo que escribió en 1920, José Crispín de la Paz y Morales, cura párroco de Las Nieves, rescatado por el profesor Pérez Morera en su obra: “La forma exterior de la Imagen, tal cual se presenta a la veneración de los fieles, es la propia de las imágenes de la edad media, teniendo para acomodarle los vestidos dos brazos añadidos, lo mismo que otro Niño Jesús que se pueden mover y separar de su cuerpo a voluntad. En sus vestidos usa de todos los colores, menos el negro, abuso intolerable y que debiera ordenarse el blanco como el único y exclusivo”.

En 1680, la beata María de San José Noguera tuvo la revelación –según nos informa Pérez Morera- que la “Gran Señora de La Palma” había sido formada por los ángeles del cielo de “la columna en la que fue azotado el Señor”.

- EL JOYERO DE LA VIRGEN

Uno de los primeros datos que conocemos acerca del joyero de la Virgen se remonta al inventario del 12 de enero de 1571, donde consta “una corona de plata que con hechura y todo pesa 24 doblas”. Más tarde, el 3 de octubre de 1574, se consigna “una corona de plata del niño jesus”. De entre las impresionantes joyas que posee la venerada Imagen, la que posiblemente sea una de las más antiguas, es un calvario en miniatura, dentro de un cilindro de cristal engastado en oro, del que penden nueve perlas. Fue regalo del Regidor de La Palma Guillén de Lugo Casaus en 1576. El Santuario custodia un largo catálogo de valiosas prendas y alhajas con las que el pueblo palmero ha agradecido a su Patrona los favores recibidos. La corona de oro, esmaltes y perlas que aparece inventariada por primera vez en 1603, fue enviada desde el Nuevo Reino de Granada, en Indias, por Pedro Fuentes, un hijo de La Palma. Otras coronas de plata fueran traídas desde América por Agustín Poggio, pero fueron fundidas para la construcción del fabuloso trono festivo de plata de la Virgen. El “papagayo” de oro y esmeraldas fue donado en 1604 por Diego Fierro. El riquísimo collar de esmeraldas con medallas esmaltadas y perlas lo posee desde 1648. El capitán Manuel de la Mota le regaló el precioso rosario de perlas gruesas, a condición de que la Sagrada Imagen lo tuviera siempre encima “por la mucha devocion con que se lo habia traido”.. La “lagartija” de oro y esmeraldas fue obsequio de Margarita de Guisla Van de Walle en 1652 y otra muy parecida de Francisca Vélez fue dejada a la Patrona en su testamento de fecha 3 de abril de 1778. Ambas obras de arte fueron enajenadas para sufragar los gastos que supusieron las reformas de la capilla mayor en 1876.

Componen el valioso joyero de la Virgen numerosos collares de perlas y oro, valiosos rosarios, cruces de esmeraldas, oro y esmaltes, broches de oro y piedras preciosas, medallones de filigrana; la “Rosa Aurea”-una gran rosa de oro macizo donada por Manuela de Sotomayor que luce entre sus manos la Virgen en las grandes solemnidades-, innumerables anillos, colgantes, cadenas, pendientes…; un rostrillo cuajado de perlas y esmeraldas hecha por orden del Visitador (el 19 de septiembre de 1757); una custodia de diamantes, oro y perlas fue el legado de Ana Teresa Massieu y Vélez de Ontanilla en 1712; una guirnalda de oro y gemas que lleva la imagen sobre los hombros confeccionada por el orfebre palmero Manuel Hernández; la lujosa “Eme” de María hecha de perlas; las maravillosas coronas de diamantes y gemas de la Coronación Canónica, efectuada por Monseñor Tedeschini –Nuncio Papal el 22 de junio de 1930-; y así una larga relación de alhajas impresionantes que, incluso, tienen nombre propio: “la Sirena”, “la Custodia”, “el Barco”, “la Lira”, etc.

El barco de marfil en miniatura fue obsequio de Asunción García de Aguiar; la preciosa lira de oro y esmaltes fue obsequio de Rosario Becerra y Cosmelli. Esta ilustre dama regaló a la Virgen todas sus joyas para que fueran invertidas en la corona imperial para su coronación; también dejó todas sus alhajas José Crispín, en su testamento de 22 de octubre de 1952; Juana Felipe Cárdenas le regaló un bello medallón de filigrana de oro y perlas en 1903; la mayor esmeralda que luce la imagen la recibió de manos de José Manuel de Fuentes en 1757; un soberbio broche y una sirena de esmeraldas, un clavo de oro y una cadena de perlas magníficas fueron dádivas de María de Las Nieves Pinto y Vélez de Ontanilla en 1779; esta rica dama también le regaló la plata de la mandorla o sol que nimba la imagen; un vecino de La Habana, Domingo Hernández, había regalado en 1672 un espléndido conjunto de joyas, entre las que se encuentran una fabulosa cruz de esmeraldas, oro y esmaltes. Todas ellas fueron altamente valoradas por el prestigioso orfebre palmero Pedro Leonardo Santa Cruz. La mencionada dama, Manuela Sotomayor, también le regaló un hermoso lazo y cruz de oro y perlas…

Todas estas bellas obras de arte, y muchísimas más, conforman el joyero más valioso de cuantos existen en Canarias, que se incrementa constantemente con los obsequios que le hacen los devotos de dentro y fuera de la isla, en agradecimiento a los favores recibidos.

- ARTE SUNTUARIO

Capítulo aparte es el que merecen los objetos destinados al culto: desde la custodia de filigrana de plata mejicana, la más antigua de su estilo del Archipiélago, obsequiada por el Obispo electo de Puerto Rico en 1666, Pedro de Escobar; los seis magníficos faroles ochavados de plata repujada de 1768; los innumerables cálices, copones… las varas de plata calada del palio y del guión del Santísimo enviadas desde La Habana en 1723; la preciosa cruz procesional de plata repujada donadas por el Maestre de Campo Gaspar Mateo de Acosta en 1704; vinajeras de estilo barroco sobredoradas; más custodias, portaviáticos, acetres, lámparas votivas de plata, bronce y cristal, jarrones; el fabuloso altar trono festivo de plata de la Virgen y sus andas de baldaquino; los incensarios, navetas, ciriales, atriles, vasos, etc.

El creciente de luna que lleva la Virgen a sus plantas fue regalo de Juan de Oviedo (1681) y bañado en oro en 1706 gracias a la generosidad de Ambrosio Rodríguez de la Cruz. Un cáliz de plata con un arete de diamantes, regalo de José Miguel Sotomayor en 1930.

El tan anhelado Museo Insular de Arte Sacro será un digno expositor de todos estos tesoros. Serán mostrados los ricos mantos de brocado y sedas, bordados en oro y plata, etc. Algunos de ellos muy antiguos. Tanto, que son los mismos con los que pintores de hace varios siglos han plasmado en sus obras a la “Dama del Monte”. Una de las pinturas más antiguas que se conservan de la iconografía de la Virgen de Las Nieves está en su Santuario y es de la primera mitad del siglo XVII. Existe otra que pertenece al sacerdote Don Andrés de las Casas Guerra de la misma época. Ambas presentan la particularidad de aparecer la imagen ya vestida.

- LA LEGENDARIA INSCRIPCIÓN

Siempre hemos oído hablar sobre una extraña inscripción que, supuestamente, tiene la Virgen grabada en su espalda. Una enigmática y célebre palabra: “ASIETA” traducida por las iniciales de “Alma Santa Inmaculada en Tedote Aparecida”. Tedote es el nombre guanche de la capital palmera. Un nombre que llevan muchachas palmeras asumido como sinónimo de “Nieves”.

Wamgüemert y Poggio, en su libro publicado en 1909 titulado Influencia del Evangelio en la Conquista de Canarias asegura que, no sólo es cierta la existencia del mencionado grabado, sino que éste fue estudiado por el Obispo Antonio Tavira y Almazán (cuya visita al Santuario tuvo lugar en 1794). No obstante, ni en el acta correspondiente a esa visita, ni en el Archivo Parroquial consta que “La Morenita” posea tal inscripción. Es posible que los historiadores hayan hecho caso al asunto “de oídas” sin haberlo estudiado en profundidad. Es rotunda la aseveración hecha por el palmero Alberto José Fernández García en su publicación titulada Real Santuario Insular de Nuestra Señora de Las Nieves (León, 1980). Allí explica cómo tuvo el gran honor de contemplar la imagen de la Patrona de La Palma sin las ricas vestiduras que la cubren y no encontrar nombre alguno.

Esta supuesta leyenda fue objeto de especulación y de variopinta interpretación desde el siglo XVIII hasta principios del siglo XX. Así, en la descripción de los festejos de la Bajada de 1765 (Antonio Abdó, 1989) consta que, durante la procesión del retorno de la Morenita a su Santuario, se confeccionó una magnífica fuente de la que brotaban seis hilos de agua que “cifraban con primor las seis letras que tiene grabadas en su vestuario esta prodigiosa ymagen, que son ASYETA”.

- ONOMÁSTICA DE NUESTRA SEÑORA DE LAS NIEVES. DÍA DE PRECEPTO

En el Acta del Cabildo de La Palma de 28 de agosto de 1637 consta cómo se concede a la Santa Imagen Patrona uno de tantos privilegios otorgados por los Sres Obispos en el transcurso de los siglos. En esta ocasión se refiere a la declaración de día de precepto del 5 de agosto, importante efeméride que también fue rescatada por el célebre alcalde constitucional Lorenzo Rodríguez en su detallada obra sobre los hechos sociales, políticos, religiosos, etc. de la época que le tocó vivir. Esta petición le fue hecha al prelado por numerosas familias, instituciones y particulares de La Palma, así como por “parte y devoción de la Justicia y Regimiento de la Isla”.

En la solemne declaración, Francisco Sánchez de Villanueva y Beza, “por la gracia de Dios y de la Santa Sede Apostólica, Arzobispo Obispo de estas islas de Canaria, del Consejo de Su Majestad y Su Predicador, Asistente de Su Santidad nuestro muy Santo Padre Urbano VIII…” manda que en lo sucesivo, a partir de ese año de 1637, fuese festivo en Santa Cruz de La Palma “y contorno y término de la ermita…”. Transcribimos el resto del mandato: “… lo cual, mirando al servicio de Dios y devoción con que se celebra la dicha fiesta, mandamos dar y dimos la presente para que aquí adelante todos los años se guarde en la dicha y ciudad y contorno según y de la manera que las demás establecidas por Su Santidad y nuestros antecesores en el Sínodo y al Vicario de la dicha isla que es o fuere, así lo mande publicar, guardar y cumplir”. El decreto fue dado en Icod de Los Vinos (Tenerife) el 15 de agosto de 1637 por mandato del secretario del Cabildo de La Palma, Su Señoría Iltma. Don Carlos de Briones Samaniego.

- CURATO REAL

En el acta del Cabildo de La Palma de 16 de enero de 1662, consta cómo el “Doctor Don Francisco de Betancor, Chantre de la Iglesia Catedral de Canaria, Gobernador, Provisor y Visitador General de este Obispado”, había solicitado a Su Majestad el Rey, la confirmación de la aceptación de Nuestra Señora de Las Nieves en su Patronato Real. Esta petición del prelado fue efectuada el 6 de diciembre de 1657 ante el notario público José Martín de Rivera. La ratificación vino dada en Madrid con fecha 18 de septiembre de 1661, cuatro años más tarde de la solicitud. Por medio de la Cédula Real, “la recibe en su Patronato Real y debajo de su protección y amparo para defenderla y ampararla de su mayor lustre, autoridad y aumento del culto divino”. El Real Decreto vino refrendado por Don Antonio Alosa Rudarte. Se ordena que se ponga una copia en el Libro de Provisiones y otra en el Archivo del Cabildo de La Palma , mientras que el original sea custodiado en el Archivo del Santuario de Nuestra Señora de Las Nieves, “según y como Su Majestad lo manda, la cual dicha cédula fue leída en este Cabildo y obedecida según y en la forma acostumbrada”.

- ALGUNOS ROBOS

En el templo más rico de la Isla de La Palma, debido a las imposiciones y cuantiosas limosnas que desde muy antiguo se viene haciendo, se han dado, desgraciadamente, casos de robo. Uno que tuvo una amplia difusión entonces y que produjo profunda consternación entre los palmeros, se produjo el 27 de marzo de 1678. A la Santa Imagen de “la Morenita” le fueron robadas algunas valiosas joyas y prendas. El 4 de abril de l mismo año se comenzó a instruir el caso por el Vicario Melchor Brier y Monteverde, “según parece sin resultado”.

Otro célebre robo fue el que se produjo el 22 de marzo de 1847. En esta ocasión se trató de una fabulosa lámpara de plata, “que era la principal que había en este templo”. Esta preciosa obra de arte fue regalada por la generosa piedad del Capitán don Luis Fernández de Lugo, “había cosa de dos siglos, para mayor ostentación del culto de la Sagrada Imagen de Nuestra Señora de Las Nieves”. El peso de esta joya era de 27 marcos y 7 onzas. Seguida la causa por el Juzgado de primera Instancia de esta Isla, se descubrieron los autores del robo, si bien uno de ellos tan sólo fue quién cumplió condena.

- PRETENSIÓN DE LOS DOMINICOS

Los frailes dominicos -de la Orden de Predicadores establecida en Santa Cruz de La Palma desde 1530-, intentaron fundar convento en el Santuario, donde llegaron finalmente a establecerse en la medianoche del miércoles 24 de noviembre de 1649 y a colocar al Santísimo. Según un testigo presencial, entraron en el templo a la fuerza, “sin tener para ello ni título ni razón”. Esto produjo rápidamente la pronta oposición de la Justicia secular y eclesiástica “y muchos ciudadanos a echarles de ella y no quisieron salir ni abrir las puertas de la dicha ermita”. En caso de que se llegara a materializar esta pretensión, los perjuicios económicos para el clero secular serían considerables.

Ante la negativa de los dominicos, se abrió por fuerza una puerta lateral de la ermita y entraron aquellos para expulsarlos. El testigo continuó narrando la incidencia: “trugeron entonces en procesion a Ntra Sra de Las Nieves a la Parroquia de esta ciudad. Hízoseles muchas contradiciones y sin embargo no quisieron salir”. Continúa informando de cómo se informó al obispo Francisco Sánchez de Villanueva, Arzobispo de Taranto. El barco con las noticias zarpó del muelle capitalino el 30 de noviembre. “Su señoría mandó por censuras saliesen, el cual auto se les notificó, y salieron luego de dicha ermita”.

La autoridad eclesiástica los expulsó finalmente en la noche del 9 de diciembre de 1649, “habiendo salido por la puerta que mira al río cantando el salmo ‘In exitu Isräel de Aegipto’ y dejando de manifiesto el Santísimo sobre el ara”. Así es como consta en el expediente que se custodia en el Archivo del Real Santuario capitalino. El religioso que ocupó la iglesia para hacer la fundación, como prior, fue Fray Antonio de Talavera, el que se posesionó con el nombre de vicario de aquel recinto sacro.

El mismo día que los frailes abandonaron el Santuario mariano, se trajo de allí a Su Divina Majestad en una solemne procesión “la más solemne y con mayor concurso que jamás se ha visto, y fue tan general el contento que toda la ciudad en la dicha noche puso luminarias e hizo hogueras”.

S. M. El Rey don Felipe IV también dictó orden contra aquella pretensión en documento real firmado en Madrid el 2 de julio de 1650.

- “EL ORGULLO DE LA PALMA”.

Fernández García, en su mencionada obra sobre el Santuario, da una amplísima y veraz información sobre este monumento histórico artístico de primer orden. Un detallado trabajo que fue supervisado por el rector don Pedro M. Francisco de Las Casas. Gracias al esmero, al buen quehacer y al exquisito gusto de este sacerdote, podemos disfrutar y contar con un tesoro único e intacto que cumple más de medio milenio que se nutre constantemente de nuevas aportaciones en piedad y arte ofrecidas por cada una de las generaciones de palmeros a su Patrona. Su Real Santuario se ha convertido en el principal foco de devoción de una isla que es cada vez más consciente y orgullosa de los bienes que atesora y que ha convertido a este suntuoso templo en un centro de peregrinación para aquellos que buscan el “Arte”, en mayúsculas.

Cinco siglos cumplidos revelan la potencia de una devoción que supera los ámbitos del credo y es insignia de una Isla y de sus habitantes. Estos, en épocas conflictivas, se han reunido en torno a un mismo “Talismán” para buscar apoyo y paz para sus tribulaciones. El día de su onomástica, el 5 de agosto, el orgulloso Pueblo Palmero, todos nosotros, continuaremos yendo en masa a su Santuario, como lo hicieron nuestros antepasados y como lo harán sin duda nuestros hijos y nietos, para poder seguir celebrando todos juntos el “Día del Orgullo de La Palma”, una jornada muy especial que ya, afortunadamente, tiene carácter festivo en todos los municipios de la Isla.

José G. Rodríguez Escudero


BIBLIOGRAFÍA

DE LA PAZ Y MORALES, José Crispín Contestaciones al elenco de las preguntas formuladas en la Santa Pastoral Visita efectuada por el Excmo. SR. Obispo de esta Diócesis don Gabriel Llompart y Jaume a la parroquia de Nuestra Señora de Las Nieves, Archivo Parroquial del Santuario,18-XI-1920.
FERNÁNDEZ GARCÍA, Alberto José, Real Santuario Insular de Nuestra Señora de Las Nieves, León, 1980RODRÍGUEZ, Gloria. La iglesia de El Salvador de Santa Cruz de la Palma, Madrid, 1985
LORENZO RODRÍGUEZ, Juan-Bautista: Noticias para la Historia de La Palma, La Laguna- Santa Cruz de La Palma, 1985.
PEREZ MORERA, Jesús, Silva. Bernardo Manuel de Silva, Viceconsejería de Cultura y Deportes, D.L. 1994
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La Palma mantiene a salvo la mayor parte de su riqueza natural y todo su atractivo turístico pese al incendio de los últimos días

La zona afectada por el fuego está muy acotada, y el bosque canario se caracteriza además por su gran capacidad de regeneración.

La Isla de La Palma, localizada en la parte noroccidental del archipiélago canario, trata de recuperar poco a poco la normalidad tras sufrir un incendio forestal que, aunque ha encogido el corazón de sus habitantes y el de todos los canarios durante tres días, sólo se ha cebado con una pequeña parte de su amplio y rico territorio forestal.

El nombre de Fuencaliente y Villa de Mazo, los dos municipios más castigados por el incendio que ha truncado la paz veraniega de esta tranquila isla de origen volcánico, han dado la vuelta al mundo. Pero la Isla Bonita o Isla Verde, como también se conoce a La Palma, se despierta poco a poco de esta pesadilla y la armonía de sus mares de lava con sus frondosos bosques será la imagen que pronto vuelva a circular por el mundo.

Puede resultar extraño oírlo, pero en esta Isla nos hemos acostumbrado a los incendios forestales. Lo inédito de esta ocasión ha sido el que haya afectado a tanta propiedad privada y vivienda, sobre todo en el sur de la Isla, pero afortunadamente nunca ha peligrado la integridad física de los ciudadanos, ni de los turistas que nos visitan.

La Palma es una isla en la que reina la normalidad, en la que sus núcleos turísticos, zonas comerciales y de ocio, hoteles, apartamentos y casas rurales, excepto las situadas en el epicentro del incendio, como es obvio, no han sufrido ningún tipo de peligrosidad, ni tan siquiera el Hotel Teneguía Princess, en la costa de Fuencaliente, que funciona al 100% de sus servicios.

Poseedora de un Parque Nacional, La Caldera de Taburiente, la declaración de la totalidad de su territorio como Reserva Mundial de la Biosfera y su amplia red de senderos convierten a La Palma en un lugar atractivo para disfrutar de sus extraordinarias bellezas naturales y de la hospitalidad de su pueblo.

La vegetación canaria tiene una gran capacidad de regeneración. Testigo de esta afirmación es el paisaje verde que volvió a reinar en los montes de Gran Canaria y Tenerife sólo un año después de que varias zonas de estas islas se vieran dañadas por los incendios forestales que se desataron en julio de 2007. Incluso aquellas áreas donde el fuego atacó con mayor virulencia en poco tiempo recuperaron su esplendor natural.

En La Palma ocurrirá lo mismo. Las 2.000 hectáreas de masa forestal dañadas por el incendio en pocos años volverán a teñirse de verde, porque los pinos endémicos de Canarias, que son los que mayoritariamente componen los bosques afectados, tienen una recuperación rápida.

Canarias es uno de los lugares del mundo de mayor diversidad biológica y su belleza natural y paisajística convierten al Archipiélago en un refugio de exuberantes bosques y extraordinarias bellezas naturales en medio del Atlántico.
El Parque Nacional de la Caldera de Taburiente se caracteriza por ser un enorme circo de 8 kilómetros de diámetro con aspecto de caldera, donde múltiples erupciones volcánicas, grandes deslizamientos, la fuerza erosiva del agua y el tiempo han ido modelando su geomorfología, convirtiéndola en un escarpado paisaje con casi 2.000 metros de desnivel. Un paisaje que corta la respiración de los miles de visitantes que cada año se acercan a esta isla

La Isla cuenta ya con más de 1.000 kilómetros de senderos señalizados con sus correspondientes colores identificativos y paneles de información. Pudiendo así reconocer fácilmente las diferentes categorías de senderos G.R. (sendero de Gran Recorrido), P.R. (senderos de pequeño recorrido), y S.L. (senderos locales). Destacan los senderos de las zonas del Parque Nacional de La Caldera de Taburiente y los del Bosque de Laurisilva de Los Tilos, de obligada visita tanto para los amantes del senderismo como para cualquier otra persona que le guste mínimamente la naturaleza.

En los últimos años, la declaración de la totalidad de la Isla como Reserva de la Biosfera ha reforzado todavía más las medidas de protección de la riqueza natural de La Palma, convirtiéndola así en un paraíso verde que el fuego de los últimos días apenas ha alcanzado a dañar.

Es extraño decirlo, pero en esta Isla nos hemos acostumbrado a los incendios forestales. Lo inédito de esta ocasión ha sido el que haya afectado a tanta propiedad privada, sobre todo en el sur de la Isla, pero afortunadamente nunca ha peligrado la integridad fíasica de los ciudadanos ni de los turistas que nos visitan.

La Palma es una isla en la que reina la normalidad, en la que sus núcleos turísticos, zonas comerciales y de ocio, hoteles, apartamentos y casas rurales, excepto las situadas en el epicentro del incendio, como es obvio, no han sufrido ningún tipo de peligrosidad, ni tan siquiera el Hotel Teneguia Princess, en la costa de Fuencaliente, que funciona al 100% de sus servicios.
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sábado, 1 de agosto de 2009

Incendio grave en La Palma (Fuencaliente - Mazo) - Controlado

Sección actualizada el 4/8/09
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Titulares


En otros medios:

Mazo agradece a ciudadanos y colectivos su solidaridad y trabajo en las labores de extinción

Melchior exige al Estado que un hidroavión tenga sede fija en las Islas

Finaliza la intervención de la Unidad Militar de Emergencias del Ministerio de Defensa en La Palma

El olor a almendrados vuelve a Fuencaliente

El incendio ya está controlado en La Palma

El fuego agoniza

El incendio de La Palma ya está controlado

El frente de Mazo se aleja de las personas y se acerca a su fin

El incendio de La Palma podría quedar controlado esta noche aunque sigue activo

El fuego está estabilizado pero no controlado

Los afectados por el fuego en La Palma recibirán una ayuda de emergencia de 8.500 euros por familia

Numerosos turistas cancelan sus reservas porque piensan que toda la Isla se está quemando

Los trabajos desde el aire se reanuda tras dos horas de parón

El Gobierno canario aprueba las primeras ayudas tras el incendio de La Palma

El frente activo del incendio de la La Palma esta estabilizado, pero no controlado

El incendio presenta su foco más intenso en la montaña de la Horqueta, en Mazo

Un mar de nubes obliga a los aviones a dejar de actuar en el foco principal del incendio

El control de un frente permite concentrar a todos los efectivos en el fuego de Tiguerorte




El Gobierno canario anuncia ayudas de emergencia para los palmeros

Cultura (en El Paso) pospone por el fuego varias actividades programadas con motivo de las fiestas trienales

Mejora la situación del fuego en Mazo, que se propaga a menor velocidad


La virulencia de las llamas del frente oriental obliga al repliegue de los medios terrestres en La Palma


Preocupación por el avance del fuego en la zona alta del municipio de Mazo

Mejora la situación en el frente de El Paso y se intensifican los trabajos en Mazo

El frente de Mazo, el mayor problema en La Palma

El incendio en La Palma sigue sin estar controlado después de 35 horas, aunque existe "cierto optimismo"

Investigan si unos fuegos artificiales causaron el incendio

Zapatero viajará hoy a La Palma para interesarse por el incendio

El control del fuego, pendiente del viento

El Parque de Cumbre Vieja, afectado por las llamas

El alcalde de Mazo admite que el fuego pudo ser provocado

El incendio sigue activo pero hay cierto optimismo

El Gobierno prevé contener hoy y controlar mañana el fuego de La Palma, que afecta ya a 2.100 hectáreas

El viento obliga a nuevos desalojos en La Palma

El Ejército se suma a las labores de extinción

El incendio de La Palma amenaza con extenderse hacia el norte

Cinco aparatos aéreos participan en las labores de extinción del incendio en La Palma

El Gobierno Central mantiene la alerta máxima por peligro de incendios

Suspendida la Subida a Barlovento por incendio en el sur de La Palma

Los 59 militares de la UME llegarán a La Palma a las 13.15 horas

Situación crítica en Mazo y Fuencaliente por el fuego, que obliga a desalojar a 4000 vecinos


Unas 4000 personas desalojadas por un incendio forestal en la isla de La Palma

Evacuadas unas 4000 personas por el incendio de La Palma




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