La Palma, 23 de abril de 2012.- Teniendo en cuenta que pasan los años, y que el turismo no acaba de despegar en La Palma, algo habrá que corregir, y sobre todo, mucho y bien habrá que planificar para tener muy claro qué modelo turístico queremos para la Isla partiendo de sus reconocidos potenciales en patrimonio natural.
Hasta ahora se han puesto en marcha dos modelos turísticos: uno convencional en Puerto Naos y Los Cancajos, y otro, basado en el turismo rural, mucho más acorde con la capacidad de la Isla, y que serviría para recuperar un patrimonio rural, histórico y etnográfico.
A juzgar por los resultados obtenidos hasta ahora, el turismo de sol y playa tiene un horizonte limitado en la Isla, porque no podemos aspirar a un turismo de masas en el que se ha demostrado que el desmedido afán especulativo y el boom del ladrillo han masificado el sector, perdiendo su atractivo y el valor añadido.
Lo que necesita nuestra Isla es una infraestructura hotelera acorde con su paisaje. Para ello, no se requieren grandes hoteles ni campos de golf rodeados de urbanizaciones, porque la isla no puede perder sus encantos naturales hipotecando el suelo y el agua de nuestras galerías, que ha de utilizarse para otras actividades, como la agricultura.
Acertaremos si seguimos desarrollando el turismo rural y pequeños establecimientos hoteleros con mucho encanto para poder atraer a un turismo de calidad. Este tipo de visitantes es el que viene a contemplar la belleza natural y a practicar senderismo con un alto potencial en La Palma.
Si conseguimos también desarrollar la agricultura y ganadería ecológica y se vuelve a cultivar pequeños huertos para poder ofrecerles productos naturales de nuestra tierra, estaremos rescatando algo que nunca se debió perder; la agricultura de medianías y la recuperación de la ganadería del norte de La Palma.
Tenemos que desarrollar las energías renovables. Un turismo de calidad nunca entendería cómo la Isla puede desaprovechar su enorme potencialidad en energías limpias: eólica, solar, biomasa, etc. Estas contribuirían a conservar el medio ambiente y mejorar la calidad de vida. Además se estaría protegiendo a La Palma como Reserva de la Biosfera.
Desde EQUO-La Palma estamos convencidos que ésta es la manera de conseguir un desarrollo sostenible, y, al mismo tiempo, la Isla sería un destino turístico diferenciado y singular en el que se podría disfrutar de una Naturaleza llena de atractivos.
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