Jorge González busca el apoyo de este sector para profundizar en la proyección de estos deportistas cuando son usuarios de las carreteras.
El ciclismo es una actividad deportiva que se encuentra en auge en La Palma, tanto es así que se estima que diariamente más de medio centenar de personas utilizan las carreteras palmeras para esta práctica multiplicándose su número los fines de semana y durante el periodo estival. La proliferación de multitud de pruebas deportivas así lo avala. Este hecho los convierte en un sector a tener en cuenta dentro de la red viaria insular.
El consejero de Infraestructuras del Cabildo Insular de La Palma, Jorge González, conoció de primera mano los principales inconvenientes que presentan nuestras carreteras para esta práctica en una reunión que mantuvo recientemente en las dependencias de la Institución Insular con varios representantes de esta disciplina deportiva.
En este encuentro, los ciclistas valoraron positivamente la nueva señalización colocada en la vía de mayor tránsito para ellos como es la LP-206 y su conexión con la LP-202. Por parte de la Consejería de Infraestructura, se procedió a la instalación de señales informativas para los conductores de vehículos recordándoles las normas básicas de adelantamiento a los ciclistas entre otros.
La falta de concienciación por parte de los conductores y la ausencia de conocimiento de las normas de tráfico que los protegen provocan que se vivan situaciones muy complicadas en las carreteras palmeras entre conductores y ciclistas. Para este sector los conductores de dos y cuatro ruedas deben alcanzar un entendimiento, no quieren ser una prioridad en las vías rodadas ni provocar tensiones pero sí buscan que se respeten las normas y que todos sean conscientes de su debilidad. Campañas de concienciación a conductores, jornadas informativas para ciclistas, son las principales demandas de los usuarios de la bicicleta.
Por su parte, el consejero Jorge González, se comprometió a estudiar sus reivindicaciones con el fin de evitar situaciones complicadas entre vehículos y ciclistas y velar por la integridad de todos.
Con este acercamiento, el Proyecto San Bernardo, amplía su actuación a otro sector más por primera vez que son los ciclistas. En un año este proyecto ha llevado la educación vial a más de 2.000 niños de primaria de toda la Isla, y ha repartido más de 1.500 alcoholímetros portátiles a conductores en zonas de ocio nocturno para conseguir entre todos unas carreteras seguras.
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