Cerca de 90 jóvenes concurren a las pruebas para participar en la Danza de Acróbatas, que se celebrarán el 20 de enero

Este número tradicional requiere de habilidad y de buena forma física para la elaboración de las figuras acrobáticas.

Las pruebas para elegir a los componentes de la Danza de Acróbatas de la Bajada de la Virgen tendrán lugar el próximo 20 de enero en el Pabellón Roberto Rodríguez Estrello de Santa Cruz de La Palma.

Un total de 87 candidatos, con edades comprendidas entre los 10 y los 25 años, están convocados a esta selección de la que saldrán los cerca de cincuenta miembros que componen uno de los números tradicionales más populares de las Fiestas Lustrales, protagonista del martes de la Semana Grande (7 de julio, en la presente edición).

Las pruebas se dividirán en tres partes: fuerza, flexibilidad y coordinación dinámica general. Para adaptar mejor el tipo de ejercicios a los candidatos se ha fijado una doble convocatoria: a las 16:30 horas para las aspirantes femeninas y a partir de las 18:00 horas para los varones.

El número estará dirigido por los profesores de Educación Física, Josefina Gutiérrez, María Isabel González y Juan Carlos González, quienes ya han sido responsables de Los Acróbatas en ediciones anteriores.

Recuperado para el programa de actos de 2005, tras una ausencia de cinco lustros, la Danza de los Acróbatas contiene muchos de los elementos característicos de los actos tradicionales de las fiestas: sencillez, originalidad y una sabia mezcla de emoción y destreza. Éste es un número que requiere de habilidad y de buena forma física para la elaboración de las figuras acrobáticas que se realizan sobre el suelo o sobre dos características escaleras de madera, al ritmo del animado pasodoble Manolo, de Emilio Cebrián Ruiz.

Ya desde 1885 existe constancia documental de la presencia de Los Acróbatas en el programa de la Bajada de la Virgen. El origen del número se remonta a la creación de la sociedad gimnástica La Patriótica, en el último tercio del siglo XIX, a imitación de las compañías de variedades circenses que arribaban a la Isla y cuya gama variopinta de números ecuestres, gimnásticos, acrobáticos, mímicos y pirotécnicos alcanzaron enorme popularidad entre la sociedad insular.