Hoy San Miguel, en este día señalado en el que todos los palmeros celebramos tu Patronazgo, te pido humildemente en favor de tu pueblo.
En La Palma, como en otras muchas partes del mundo, se viven momentos difíciles. En nuestro caso, el estado del bienestar por el que lucharon nuestros padres y abuelos se ve amenazado por los recortes presupuestarios y la falta de empleo.
En los próximos cuatro años tenemos por delante el reto de generar una isla de oportunidades, una isla que ofrezca futuro a los jóvenes y no tan jóvenes que hoy buscan labrarse un futuro en la agricultura, la pesca, el turismo, la industria y las nuevas tecnologías. Por eso te pedimos tu guía para afrontar con éxito las medidas que deben generar estas oportunidades.
Para seguir avanzando, trabajaremos de forma incansable por nuestra tierra y por nuestra gente en un Cabildo estable y cohesionado, en el que se implique no solo a los consejeros, sino a todos los trabajadores que tienen en el servicio a los palmeros su principal objetivo, donde el servicio a los demás sea la máxima de funcionamiento.
San Miguel, necesitamos que la climatología nos acompañe para tener buenas cosechas, que este buen clima que nos bendice sea propicio, tanto para nuestra importante y singular agricultura, como para la pervivencia de nuestra pesca. Que siga siendo elemento de atracción para el visitante, que permita su llegada y el disfrute de nuestra hermosa tierra. Además, que vean en La Palma no solo un lugar de descanso, sino un lugar de inversión y proyección del futuro.
Te pedimos hoy, Santo Patrón, por nuestros jóvenes, que su formación y la ilusión que atesoran les ayude a buscar un camino adecuado. Por los padres y madres que preocupados por ellos vivimos la incertidumbre de su futuro. Por los que sufren algún tipo de discapacidad que dificulte su vida. Por los mayores, porque esta etapa de su vida sea de tranquilidad y sosiego como esperan. Por los enfermos de nuestra isla, en especial por los niños y niñas que están en estos momentos pasando una difícil enfermedad y por sus familias, dale ánimo para seguir adelante.
Además, te pido, San Miguel, que todos entendamos que esta victoria sobre la crisis no es una batalla que se ganará en solitario, es la lucha de todos y todas unidos, de los gobernantes, de los empresarios, de los trabajadores, de todos. Nadie debe quedarse atrás esperando que la solución la aporte otro.
Tenemos que acrecentar el espíritu del palmero, luchador y emprendedor, que no solo consigue hacer de su tierra la mejor, sino que consigue regenerar el entorno y la convivencia en cualquier lugar del mundo en el que se encuentre.
Los palmeros siempre nos hemos caracterizado por ser trabajadores y fuertes de carácter a la hora de luchar contra las adversidades. Y también por ser afables, cercanos y abiertos al mundo que nos rodea, habitantes de una tierra que es una puerta al Atlántico. No debemos perder nuestros valores ni nuestra característica manera de ser y expresarnos, que estos momentos no saquen lo peor de nosotros, sino lo mejor, para poder seguir adelante.
Con esa lucha, con mucho sacrificio, adquiriendo la conciencia que vienen tiempos muy difíciles, que el fruto tardará en florecer, debemos ser capaces de afrontar nuestro futuro. Vendrán tiempos en los que tal vez nada vuelva a ser igual, en las que muchas realidades de hoy pasarán a formar parte del recuerdo, pero debemos mantener la confianza en nuestras posibilidades. Siguiendo tu ejemplo de lucha, con unidad, con fe y sin egoísmo, podemos vencer. Es más, estoy segura que lo lograremos.
No puedo, ni quiero olvidarme de todos los palmeros que cualquier parte del mundo necesitan tu ayuda, que seguro que allí donde estén tienen a su Isla y a su Patrón en su corazón, y que hoy quisieran estar aquí entre nosotros.
Te pido que no perdamos la ilusión y el orgullo de ser palmeros, nuestra idiosincrasia. Solo así, con nuestro pueblo fuerte y unido, sabremos salir adelante, pues sobran motivos para la ilusión. De peores momentos hemos salido.
San Miguel, danos tu aliento, sé mensajero de esperanza, danos claridad de mente y alma, danos valor para anteponer prioridades, para acercarnos con comprensión al que sufre, para acertar en el esfuerzo.
Antes de concluir, te pido que protejas a nuestros hermanos y hermanas de la isla de El Hierro, como lo has hecho a lo largo de la historia con nosotros. Cuando casi se cumplen 40 años de la erupción del Volcán Teneguía, nuestra isla vecina vive la incertidumbre de una tierra que tiembla.
Para finalizar, reitero el ofrecimiento a ti, Santo Patrón, de nuestro trabajo y esfuerzo colectivo, el cariño y la bondad de tu pueblo, que, pese a las grandes dificultades, sigue adelante.
Tú solo danos la luz para encontrar el camino correcto y la paz del espíritu para ayudar a nuestros semejantes.
Guadalupe González Taño
Presidenta del Cabildo de La Palma
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